ARQUITECTOS EN BARAKALDO. ÁLVARO LÍBANO.

Instituto Antonio Trueba. Barakaldo. Foto histórica del último día en que hubo clase. 4 dic 2018

Me gusta esa frase que dice que los árboles no nos dejan ver el bosque. Y es que muchas veces tenemos algo de valor delante de nuestros ojos y somos incapaces de verlo o, mejor dicho, de comprenderlo. Para este mes de septiembre de 2020 estaba previsto el inicio del derribo del Instituto Antonio Trueba, de Barakaldo, el “Insti” de toda la vida. Pues resulta que dejando aparte los sentimientos de los que allí estudiaron, que son legión, creo que poco valor se le ha dado en el pueblo. En cambio, sucede que estamos ante el trabajo de uno de los mejores y más prolíficos arquitectos vascos de la segunda mitad del siglo XX, Álvaro Líbano.

Su periplo vital (1921 – 2010) comienza y acaba en Bilbao. Supongo que no tuvo que hacer mucho esfuerzo en saber su vocación, pues su padre ya era arquitecto. Álvaro estudió en Barcelona y ya desde mediados de siglo comenzó su carrera profesional. Por lo que se ve, trabajo no le faltó, haciendo grandes edificios educativos, deportivos, culturales, de oficinas o de viviendas. Primos de nuestro instituto son los de Sestao, Portugalete, Getxo o los dos de Txurdínaga, masculino y femenino, este último muy reconocido. Tan metido estaba en lo educativo que hasta hizo la Escuela de Magisterio que en Arangoiti, encima de Deusto, derribada especulativamente en la pasada década. Pero es que sin salir de Barakaldo también tenemos como obra suya la Ciudad Deportiva de Altos Hornos de Vizcaya, cuya tribuna ha sido reconstruida hace poco tiempo. Saltando ágilmente la Ría, sin esforzarnos mucho llegaremos a otro polideportivo marca de la casa, el de Fadura, donde los de la Margen Derecha sudan igual que los de la Izquierda. Más reposadamente y poniendo cara de interesantes iremos al Museo de Bellas Artes de Bilbao, cuya ampliación de 1970 es de D. Álvaro. Si os ha quedado más ansia de saber, el señor Líbano os tiene preparado el Museo Histórico de Bizkaia, hoy llamado Museo Vasco, restaurado por él y otro compañero hace unas décadas. Si eres de fuera y estás cansado, el Hotel Villa de Bilbao, una conocida obra suya, puede ser una opción. Más de uno se acordará de que cuando estábamos en el colegio nos llevaban en octavo a la fábrica de Coca Cola, que a estas alturas no os tengo que decir quién la diseño. Finalmente, aunque este a mí no me gusta exteriormente, el mismísimo El Corte Inglés de Bilbao es autoría suya ¡Para que veáis!

La lista es mucho más larga, pero tampoco pretendo aburrir para esta segunda entrada que hago en el blog. Tampoco tendría mucho mérito, pues sería copiarla directamente del libro que tengo de este autor.

Estilísticamente os daréis cuenta de que no era muy proclive al ornamento, basándose habitualmente en líneas y volúmenes muy limpios, propios el Movimiento Moderno.

Todas las fotos son mías excepto la primera, que la he cogido de la página del Centro de Arquitectura Vasca.