TRANSATLÁNTICOS

La mayor máquina que ha construido el hombre a lo largo de toda la historia es un barco, un petrolero más exactamente (el Knok Nevis o Jahre Viking, entre otros nombres). No obstante, dejando a un lado a los protagonistas de azarosas aventuras guerreras navales, los barcos más míticos han sido los transatlánticos, auténticos palacios flotantes, concepto con especial éxito –casualidad- entre los viajeros de primera clase. No es mi caso, aunque lo de navegar no me es totalmente ajeno, pues no en vano tengo en mi haber las travesías del Estrecho de Gibraltar, de Tenerife a la Gomera o de Valencia a Ibiza, además de algunos garbeos turísticos por aguas cercanas al puerto de salida. Vamos, que no he surcado los Siete Mares ni he tenido un amor en cada puerto, lo que no me impide escribir estas breves líneas sin parecer indigno. Y una de las cosas que me gustan es que los barcos tienen un nombre propio y una historia que queda reflejada en su bitácora, prueba de lo bien que trabajan los marinos en general y del respeto que se tiene en ese mundillo al mar, en primer lugar,  y a los barcos y a los hombres que los llevan. Pues bien, a falta de una chalupa con la que salir al Abra (remando otro, lógicamente), me he dedicado a navegar por ese océano que es Internet para buscar un cartel de alguno de esos rutilantes transatlánticos. Veréis que la historia de la mayoría ha sido convulsa, tirando a trágica en los casos más destacados.


El barco más grande y fantástico del siglo XIX.  Fracasó como barco de pasajeros pero tiró el primer cable submarino de Europa a América.

Dice la publicidad "Seguro y rápido", y fue hundido en ese mismo viaje.

Hermano del Lusitania, algo más grande y el barco más rápido durante 23 años.

Sirvió con éxito en las dos Guerras Mundiales. 

Ya sabéis que se declaraba insumergible...

Lo hundieron los ingleses en la Segunda Guerra Mundial cargado de prisioneros (muchos de ellos ingleses). Mas de 4.000 muertos.

En rigor no es transatlántico, pues no lo cruzó. El Wilhelm Gustloff fue el protagonista de la mayor castástrofe cuando más de 9000 personas murieron cuando un submarino ruso lo hundió en la Segunda Guerra Mundial.

Uno de los pocos sobrevivientes de esta colección. Sirve de hotel en Long Beach.

Se incendió y volcó en Nueva York, estando en el puerto.

El Empress of Britain también fue hundido por torpedos alemanes en la Guerra Mundial.

La joya italiana fue hundida por aviones ingleses.

Se incendió en Hong Kong

Hundido al chocar contra el Stockholm.

Se enroñece olvidado en un puerto norteamericano.

Los gemelos italianos duraron poco. Vendidos a Irán uno fue hundido y otro achatarrado.

La joya de Francia perdió su nombre por el de Norway (Noruega). Luego fue desguazado.

Acabamos con otra joya, el Queen Elizabeth 2, con futuro incierto actualmente.


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