DOS CAMPEONES DEL MUNDO DE FÓRMULA 1. JOCHEN RINDT (1970) Y JOHN SURTEES (1964)
La paradoja es uno de los recursos que más motiva a escribientes y lectores, gustando especialmente a todo el gremio periodístico. En esta ocasión, he elegido, entre las pocas cosas que sé del mundillo del motor, algo que me llamó mucho la atención en su momento. De este hecho que cuento hoy me enteré unos años después de suceder, cuando tenía siete años, pues salía en un juego de preguntas y respuestas que me trajeron los Reyes. El señor de la foto, que recuerda inmediatamente al Conductor Enmascarado de Meteoro, fue, ni más ni menos, campeón del mundo de Fórmula 1 en el año 1970. En un campeonato mundial que constaba de trece pruebas, solo corrió nueve, pero ganó cinco de ellas, lo que es una gran marca. Y aquí viene lo paradójico, que es que él nunca supo que había sido campeón del mundo, ya que consiguió el título después de muerto. En los entrenamientos de la décima carrera, en Monza, el coche le falló con la peor de las consecuencias posibles para el conductor. Sus contrincantes, entre los que estaban siete mitos del automovilismo que fueron también campeones del mundo, como Denis Hulme, Jackie Stewart, Jack Brabham, Emerson Fittipaldi, Graham Hill, Mario Andretti o John Surtees (es decir, ninguno manco como Cervantes), no fueron capaces de enjuagar en las cuatro carreras que quedaban la ventaja que llevaba Jochen, produciéndose ese hecho que nunca más ha vuelto a suceder, ser Campeón “post mortem”. No sabía qué foto poner y como no quería nada especialmente morboso, como la foto del accidente, he encontrado esta, aunque algo de morbo queda con la leyenda que pone en el coche.
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