¡AHÍ ESTÁ EL DETALLE!

Me aprovecho de uno de los fotogramas iniciales de una película del gran Cantinflas cuyo título coincide, casualidad, con el de esta entrada. Conste que no la he visto, así que no la puedo recomendar. Es del año 40 y en blanco y negro, no apta para Instagramers nacidos este siglo. Yo no lo intentaría. Pero sí que, haciendo caso al título, puedo al menos sugerir, una vez más, una mirada más atenta a lo cercano. Si en alguna ocasión he comentado que antes prácticamente sólo sacaba fotos generales, desde que existe la foto digital se puede disfrutar de la fotografía de elementos que casi nunca hubieran sido motivo fotográfico, al menos para quien esto escribe. A ello ayudaba el precio de la foto, pues no te ibas a gastar trescientas pesetas en hacer nueve fotos de una baldosa (para luego quedarte solo con una o ninguna). Hoy, sin poner en peligro las finanzas caseras, puedes sacar todo tipo de imágenes, las cuales pueden tener su pequeña gracia, o no (si eres un soso, claro). Por tanto, aquí va una pequeña colección de detalles de tamaño variado sacados en Barakaldo. A ver si con esto logro que por fin mi mujer me diga que soy detallista, que no sé a lo que se refiere exactamente.


El inefable Cantinflas.

Familia barakaldesa. Es familia numerosa, según las leyes actuales.



Otra feliz familia barakaldesa y un single, también de Barakaldo. 

Esta foto al menos es profunda. Eso nadie me lo puede negar.

En este caso, lo más grande es lo que se ve más pequeño. Debajo del árbol del medio está el pirulí del Argalario. Casi no se ve en el ordenador, así que los del móvil...

Siempre hemos sido un pueblo de bares. Hasta una canción lo decía.

Pues nuestro pueblo comienza en el km 117 de la N 634 según reza este mojó kilométrico de Burceña.

Otro gato de El Regato (rima sin querer), más estoico que el que miraba a los burros.

Que alguien me explique el extraordinario atractivo de la letra S para las ruedas. Burceña.

En El Regato te insinúan sutilmente cuál es la fruta con la que se sienten identificados.

Y no es esta, que igual se siente marginada, aunque también esté sacada en El Regato.
Pero hasta hace nada éramos famosos por el acero. Estos remaches y el óxido también son señas nuestras.

En Barakaldo las bicis hacen el caballito sin necesitar de ciclista.

Asiento "superfashion" en un local de la plaza Auzolan.

Para mí que no se hablan.

Ventana tristona entre Burceña y Lutxana.

Estas en cambio están exultantes. Sospecho que aquí vive un forofo de los grandes. Sacada este año en Lutxana.

Creo que Nostradamus dijo que se llenaría el mundo con una gran tela de araña. Hay algunos que dicen que se refería a esto.

La cara que se le quedó a uno que leyó al citado Nostradamus. Y además su mujer le engañó con otro mientras lo hacía.

El intenso color y las tres ventanas de distinto tamaño me obligaron a sacar esta foto.

Un noray o bita, según aprendí hace tiempo de un amigo de Facebook. Se os olvidará el nombre, como a mí, que lo he tenido que buscar de nuevo para ponerlo.

Gran ejemplo de adaptación de la naturaleza en Barakaldo.


Para mí que es chino y oye bien.

La minería, el acero. Nuestras señas se repiten.


¡Que no se diga que no somos educados en Barakaldo!

Va a cumplir medio siglo y aunque está cerrado, me gusta ver ese diseño tan pop.

Cenicero con doble personalidad, pues también es reloj (de sol). Un poco maltratado por algún...

Decimonónico.

Y qué queréis que os diga, que me recuerda la cabeza (simplificada) de Mazinger Z. No fue la intención de su autor, que lo hizo 30 años antes que los japoneses hicieran los dibujos.


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