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Mostrando entradas de septiembre, 2021

¡AHÍ ESTÁ EL DETALLE!

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Me aprovecho de uno de los fotogramas iniciales de una película del gran Cantinflas cuyo título coincide, casualidad, con el de esta entrada. Conste que no la he visto, así que no la puedo recomendar. Es del año 40 y en blanco y negro, no apta para Instagramers nacidos este siglo. Yo no lo intentaría. Pero sí que, haciendo caso al título, puedo al menos sugerir, una vez más, una mirada más atenta a lo cercano. Si en alguna ocasión he comentado que antes prácticamente sólo sacaba fotos generales, desde que existe la foto digital se puede disfrutar de la fotografía de elementos que casi nunca hubieran sido motivo fotográfico, al menos para quien esto escribe. A ello ayudaba el precio de la foto, pues no te ibas a gastar trescientas pesetas en hacer nueve fotos de una baldosa (para luego quedarte solo con una o ninguna). Hoy, sin poner en peligro las finanzas caseras, puedes sacar todo tipo de imágenes, las cuales pueden tener su pequeña gracia, o no (si eres un soso, claro). Por tanto, a

EL CIRCUITO AVUS (BERLÍN), EL MÁS RÁPIDO DEL MUNDO.

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En este mes de septiembre se cumple justo un siglo desde la inauguración del circuito de carreras más rápido del mundo. El circuito AVUS, situado a las afueras de Berlín junto a la feria, en sus casi 20 kilómetros de longitud no tenía más que dos curvas y dos largas rectas paralelas. ¡No, el diseñador no se rompió el coco! Los que sí que lo hicieron fueron no pocos intrépidos pilotos, que al tomar la curva norte, peraltada en 1937 a 43º, salieron volando con su bólido en matemática e indeseada trayectoria parabólica por encima de dicho peralte. En la misma reforma del 37 recortaron la longitud del circuito a poco más de ocho km, por lo que no sorprendió que todavía tardaran menos en dar una vuelta. En la versión original del circuito, aprovechando sus largas rectas, en 1928 se batió el record del mundo por parte de Fritz von Opel (sí, el nieto) con un coche, el RACK 2, propulsado por 24 cohetes de fuel, que no tenía ni transmisión. ¡Para qué! El bueno de Fritz, a cuya madre seguro qu

BATH (SOMERSET, INGLATERRA). PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

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Habiendo iniciado con el Mathildenhöhe de Darmstadt la temática sobre el Patrimonio de la Humanidad, hoy nos vamos a Bath, de donde, con seguridad, saldremos bien aseados. Pero antes de la salida siempre está la entrada. Nosotros, provenientes de algunas de las familias de currelas de mayor abolengo de Barakaldo y gozando de gran predicamento en el portal de nuestra casa, llegamos a la localidad balnearia como unos señores, por la línea ferroviaria de la Great Western Railway, construida hace más de ciento setenta años por Isambard Kingdom Brunel. Nos alojamos en un hotel construido hace más de doscientos años (y que no habían pintado en los últimos cincuenta). Visitamos sus calles georgianas de casi trescientos años y entramos a sus termas romanas de dos mil años y que dan tan limpio nombre a la ciudad. Nunca me había sentido tan joven (en comparación) y eso que los de los nacidos en los sesenta empezamos a ser talluditos. En efecto, ir a Bath rejuvenece -y no solo porque esté bañad